Hace
años cuando empecé a tener un blog fue uno muy personal, tenía poco lectores, pero
eran comprometidos. De esos que todavía hoy me preguntan por qué no volví a
escribir mis historias. Dejé de hacerlo porque pensé que lo mejor era tener un
blog profesional, para hablar de tres de mis pasiones: la comunicación, la política
y el Internet. Así lo he hecho pero en estos días he descubierto que me hace
falta escribir sobre mi vida. Así
que desde hoy regresó a este espacio en el que muchas veces me sentí en una
soledad acompañada.
Al
parecer vuelvo a otra de mis pasiones que es escribir y voy a tratar de hacerlo
sobre mi vida, caótica en muchas ocasiones y algo organizada en otras. Como leí un día en algún lado, lo que puedo
decir es bienvenidos a mi vida y perdonen el desorden. La idea es empezar a ordenar y lo voy a hacer de una de las formas que sé hacerlo y
es escribiendo, que no sólo me sirve para aprender a escribir sino también para
aprender a vivir y para entender lo que me pasa.
Las
historias serán como siempre tan íntimas como me lo permita yo misma y mi
exagerado sentido de la autoedición que en la mayoría de los casos me lleva a
borrar. Veremos cómo suceden las cosas en un momento en el que acabo de
regresar a Colombia, mi país; en el que busco trabajo; en el que me estoy
separando; en el que volví a la casa de mi mamá con todo lo que ello implica y
en el que no tengo saldo en el banco porque ni siquiera tengo una cuenta.
Además un momento en el que siento que encontré el amor real pero no es posible o viable.
No
es una vida para envidiar, pero es lo que hay.