viernes, 30 de marzo de 2012

Muchos finales para un principio


Hace años cuando empecé a tener un blog fue uno muy personal, tenía poco lectores, pero eran comprometidos. De esos que todavía hoy me preguntan por qué no volví a escribir mis historias. Dejé de hacerlo porque pensé que lo mejor era tener un blog profesional, para hablar de tres de mis pasiones: la comunicación, la política y el Internet. Así lo he hecho pero en estos días he descubierto que me hace falta escribir sobre mi vida. Así que desde hoy regresó a este espacio en el que muchas veces me sentí en una soledad acompañada. 

Al parecer vuelvo a otra de mis pasiones que es escribir y voy a tratar de hacerlo sobre mi vida, caótica en muchas ocasiones y algo organizada en otras.  Como leí un día en algún lado, lo que puedo decir es bienvenidos a mi vida y perdonen el desorden.  La idea es empezar a ordenar y lo voy  a hacer de una de las formas que sé hacerlo y es escribiendo, que no sólo me sirve para aprender a escribir sino también para aprender a vivir y para entender lo que me pasa.

Las historias serán como siempre tan íntimas como me lo permita yo misma y mi exagerado sentido de la autoedición que en la mayoría de los casos me lleva a borrar. Veremos cómo suceden las cosas en un momento en el que acabo de regresar a Colombia, mi país; en el que busco trabajo; en el que me estoy separando; en el que volví a la casa de mi mamá con todo lo que ello implica y en el que no tengo saldo en el banco porque ni siquiera tengo una cuenta. Además un momento en el que siento que encontré el amor real pero no es posible o viable.

No es una vida para envidiar, pero es lo que hay.